Al llegar, ellos estaban realizando su oración, como siempre, mientras ellos estaban en sus oficios, conversamos con los abuelos que no rezaban, por no ser católicos, o simplemente porque no podían, por distintos motivos.
Al terminar pudimos compartir con ellos, sobre diferentes temas, cantar canciones como el gorro de lana, o el viejo lobo chilote. Un compañero nos dijo que llevó un poco de música, y en un poco menos de dos minutos habían abuelos bailando y disfrutando de un pequeño momento de relajación entretenida.
Mucha alegria y agradecimiento nos brindaron al momento de la despedida, un momento de relajacion y de cambio un poco de rutina se logro esta tarde.
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